Tras la crisis de la filosofía medieval en el siglo XIV, abrimos las puertas de la modernidad, primero con los grandes humanistas, con los pintores escultores y arquitectos renacentistas, los filósofos romanos y florentinos, y sobre todo, con los nuevos científicos que derrumban definitivamente la aristotélica visión del mundo y, con dificultades y esfuerzos por las trabas a las que se ven sometidos, abren nuevos caminos a la ciencia. Nos referimos, claro está, a Copérnico, Kepler y Galileo. La filosofía se recupera lentamente, reconstruyendo científicamente a los clásicos, saliendo de la «escuela» y asegurándose una libertad de la que carecía antes.
Capítulo aparte merecen los grandes escritores de ciencia política. Los pensadores realistas como Maquiavelo, idealistas como Tomás Moro, sabios como Montaigne. Dedicaremos un tiempo a comentar «El príncipe» del primero. Alguna de sus ideas principales las encontramos en el texto que se repartió en las últimas clases.
Y después de este periodo – puente entre la Edad Media y el racionalismo, nos centraremos directamente en el rico periodo del siglo XVII, el Barroco para las artes, y el XVIII, siglo de la Ilustración. Asistiremos a las controversias del Racionalismo y el Empirismo inglés, así como a la nueva dirección de la filosofía que le otorga I. Kant. Vamos a centrarnos en las figuras de Descartes y Hume, en cuestiones de metafísica y teoría del conocimiento, en Locke y Spinoza en teoría política.
«El Discurso del método» y «La investigación sobre el conocimiento humano», de Descartes y Hume respectivamente son obras que nos van a servir de guía para la explicación de los mismos. Aunque la lectura no resulta fácil, puede ser satisfactorio acercarnos a los grandes clásicos desde sus mismas obras y lo tenemos fácil y accesible ya que de ambas hay diversas ediciones, algunas baratas y excelentes, como Alianza Editorial. También puede encontrarse en Alianza «la carta sobre la tolerancia» de Locke y las obras completas de Spinoza.
Posteriormente asistiremos a la solución kantiana a la controversia en la que la filosofía había desembocado tras el encontronazo del racionalismo y el empirismo, todo sin olvidar la sugerente figura del ginebrino J. J. Rousseau. Pero este es un tema para otra entrada.